lunes, 25 de abril de 2011

Un mal día en las carreras

Versionando nuevamente al amigo Bardallas, pero cambiando Lalín por Padrón!!

El año pasado no pude asistir a esta carrera que me tenía muy buena pinta (además justo antes de la Vig-Bay me venía que ni pintada!), así que este año me animé a correrla aprovechando el -teórico- buen estado de forma tras la Vig-Bay de este año. Pero parece que tendré que volver el año que viene a quitarme la espinita que me quedó clavada este sábado por la mañana.

Para empezar el desayuno no me sentó nada bien (digamos que hubo parada técnica en Ordes). Sin entrar en la megaescatología el zumo y el café dejaron de ser compatibles en mi estómago. Llegué a Padrón con Serguei y fuimos a por los dorsales. Luego me tomé un té a ver si mejoraba y parecía que algo sí. Nos cambiamos y marchamos para la salida en busca de Miguelo. Allí lo vemos y descubrimos que mucho tienen que mejorar Luis y las Galiñas puesto que la pequeñaja de Miguelo se cascó 2 km en 11 minutos (que tiemble el paíno por si acaso).


Tomamos la salida, que parecía peligrosa por la estrechez y la cantidad de gente, o sea que la hacemos desde atrás y con tranquilidad. La cosa ya no debió empezar muy bien cuando un personaje con visera blanca casi me lleva por delante a empujones  y dejándome medio trastabillado (y no solo a mí, porque a los que tenía delante también les seguía haciendo lo mismo).

Hago los dos primeros km y noto que aunque voy a un ritmo llevadero estoy sudando más de lo normal, y ya a partir del 2.5 la cosa empieza a ir malita. Cuando paso por debajo del paso de la carretera noto que la cosa no es que vaya mal, es que parece que no va (ya paso de 6 min/km y subiendo). Cerca del km 4 me noto un pelín mareado y con ganas de volver a sacar más desayunos. Paro un poco, poto otro poco y decido que como quedan 9 km y no me veo nada bien pues me doy media vuelta.

La putada es que el circuito no era urbano o sea que además de jodido me hice unos kilometritos andando hacia la meta/salida. Nada que decir de la organización pues amablemente me dijeron que me podían llevar de vuelta pero preferí airearme.

Por lo menos pude ver a los primeros pasar como auténticos foguetes y alguno dándome ánimos!

Una vez llegado a la meta esperé por mis dos compañeros y de vuelta a Coruña, con ganas de recuperarme y sobre todo deseando poder resarcirme el año que viene.

Padrón, nos vemos en la carrera de Pascua del año que viene, que me tenía muy buena pinta, por lo menos hasta el km 4, jeje.